ANDALUCITA
Descubierta en 1789 en Francia por el conde y gemólogo de Bournon, originalmente se llamó "feldespato adamantino rojo violáceo".
El naturalista francés Delamétherie fue quién acuñó el nombre andalucita, aunque en realidad si bien las que estudió provenían de España eran de Guadalajara y no de Andalucía.
Es un mineral del grupo de los silicatos.
Su color abarca tonos de rosado carnoso violáceo, ocre, verde olivo y café rojizo. Es una gema que presenta pleocroísmo intenso lo que significa que muestra varios colores a la vez.
Puede ser opaca, traslúcida o transparente.
Existe una variedad de andalucita que tiene inclusiones de carbón o de arcilla la cual posee la forma de una cruz sí es tallada correctamente. Llamada quiastolita, fue usada hasta finales del siglo XVI por peregrinos del Camino de Santiago como amuleto. También era conocida como Lapis Crucifer, o "piedra (de la) cruz".
Gema de introspección, apacigua a la vez que fortalece, alejando miedos y dudas para remplazarlos por confianza para poder lidiar con mayor serenidad con las vueltas de la vida y las decisiones más importantes.
Fuente de intuición, permite distanciarse de lo que nos rodea para ver las cosas en grande a la vez que propone una visión realista para poder orientar mejor el futuro.
Permite un mayor equilibrio entre cuerpo físico, espiritual y emocional. Por sus virtudes calmantes se dice tendría un efecto sobre el sistema digestivo además de aliviar dolencias en articulaciones y aliviar los nervios.
África del Sur es el país con los mayores yacimientos de esta gema pero también la podemos encontrar en Francia, Sri Lanka, Brasil, España, Austria, Myanmar (Birmania) y Estados Unidos.
Si bien en calidad gema es escasa, debido a su resistencia ante los choques térmicos la andalucita de menor calidad se usa como material de refracción y aislamiento. Se usa por ejemplo en la fabricación de hornos y crisoles.