ÓPALO
El ópalo es un mineraloide, su composición es parecida a la del cuarzo pero contiene agua por lo que no cristaliza. Principalmente de color blanco, los ópalos se categorizan como comunes (casi siempre opacos) y nobles (las demás variantes).
La particularidad de esta gema es la de descomponer la luz que la atraviesa en diferentes juegos de luz y rayos de los colores del arcoíris yendo del rojo al violeta; fenómeno también llamado iridiscencia. Del ópalo proviene la palabra opalescencia.
Piedra frágil, no soporta muy bien el calor y la falta de humedad los cuales pueden causarle grietas y perdida de color. Cuando este es el caso se dice que el ópalo "muere".
Su nombre provendría del sánscrito "Upala" que se traduce como piedra preciosa o gema. También podría provenir del griego "Opallios" o del latin "Opalus" que significan "para ver un cambio de color". Conocido y famoso desde la antigüedad, el naturalista Plinio el viejo la clasificó segunda piedra después de la esmeralda.
Según la mitología griega, los ópalos serían lágrimas derramadas por Zeus luego de que los dioses del Olimpo lograran derrotar a los titanes. En la tradición árabe, el ópalo sería la luz de relámpagos atrapada en la roca. Los aborígenes australianos le decían "serpiente arcoíris".
En la Edad Media se le apodó "piedra del ojo" ya que se creía que era favorable para los ojos y potenciaba la clarividencia y la introspección. La iglesia lo usaba en anillos episcopales y algunas familias reales poseen prendas y joyería con ópalos como los de la Reina Victoria quien hizo popular a esta gema en todo la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth).
Piedra que atrae la suerte y genera esperanza, fue símbolo de pureza y fuerza para los antiguos griegos y los romanos. Lo creían capaz de favorecer la clarividencia y la intuición a la vez que facilita la meditación.
Considerado mágico por muchos, se le atribuye al ópalo las virtudes de numerosas otras gemas, sobre todo las que existen en variantes de muchos colores como la turmalina.
A nivel físico se dice que neutraliza infecciones, reduce problemas gástricos y digestivos y regula el sistema renal al facilitar la circulación de fluidos en todo el cuerpo. Aparte de ayudar con la hidratación de la piel, tiene un efecto calmante sobre el organismo además de propiciar el sueño, la reflexión y la concentración.
Piedra protectora, amplifica las emociones y libera los bloqueos o tensiones de quién lo posee. El ópalo invita al desapego, a vivir el momento presente y es un guía hacia el despertar de la conciencia.
A partir del siglo XVIII, el ópalo proviene de Červenica en la actual Eslovaquia. En 1847, son descubiertos en Australia en Coober Pedy y Lightning Ridge. Los ópalos de Australia representan alrededor del 98% de la producción mundial hoy en día.
Existen múltiples variedades de ópalo, usualmente cada una depende de su país de extracción. El ópalo común, también llamado "potch", es casi siempre opaco, no presenta iridiscencia y existe en varios colores.
Los ópalos de fuego, originarios en gran parte de México, tienen un fondo lechoso, un color rojo muy pronunciado y presentan poco juego de colores. El ópalo arlequín posee escamas que parecen escarcha irisada de todos los colores. El ópalo negro tiene un fondo oscuro de base que va del gris oscuro al negro haciendo resaltar el espectro de colores.
Encontramos yacimientos de ópalos en Etiopía, Madagascar, Alemania, Estados Unidos, Brasil, Perú, México y Australia además de varios otros países del mundo.