DIAMANTE

DIAMANTE
 Diamante en bruto (sin tallar)

 

El diamante fue descubierto primero en India hace alrededor de 3000 años (según cuentan leyendas hasta hace 6000 años) en las orillas de los ríos en depósitos aluviales. Los indios lo llamaban "fruta de las estrellas" y consideran que su origen es sagrado. Desde entonces se ha vuelto un símbolo fuerte en muchas culturas por su belleza y resistencia. Es también objeto de culto budista, hindú y hace parte del misticismo del jainismo y del lamaísmo tibetano.

El nombre diamante proviene del griego antiguo "adámas", que se traduce como "propio", "indomable" o "irrompible". En la escala de dureza de Mohs, tiene la puntuación más alta con 10. Su resistencia a los cortes es 140 veces superior a la de las dos gemas que le siguen en dureza, el zafiro y el rubí. Solamente puede ser cortado por otro diamante o polvo de diamante.

El diamante existe en múltiples colores que van del incoloro, blanco azulado, azul, amarillo, verde, rosa, rojo, gris y negro. Compuesto mayormente de carbono, su formación ocurre entre 150 y 300km debajo de la superficie terrestre por el calor y la presión extrema. Su valor depende de lo que se llama las 4 C’s: color, claridad, corte y carat (quilates).

Desde la antigüedad adquiere su estatuto de piedra preciosa ya que los egipcios, griegos y romanos le fueron dando valor al referirse a su rareza y crear su popularidad. Los romanos los consideraban lágrimas de los dioses o estrellas caídas del cielo. En la mitología greco-romana, se asoció simbólicamente el diamante al amor eterno ya que contaban que las flechas de Cupido tenían puntas de diamantes. Se creía que protegía contra el veneno sí era usado como amuleto.

En la Edad Media y el Renacimiento al polvo de diamante usado para hacer elíxires se le llamaba "panacea definitiva". Particularmente apreciado por la realeza y la aristocracia fue usado en la elaboración de ornamenta real como en coronas, colgantes y en objetos que simbolizan la lealtad como insignias y el “tercer ojo” de los Maharajás.

El primer anillo de compromiso compuesto por diamantes que se conoce fue dado a María de Borgoña por su novio el archiduque Maximiliano de Austria en 1477, dando inicio a la tradición que conocemos bien.

Se dice que propicia a quién posee uno la victoria, la constancia en el amor y serenidad en la vida. Además de repeler el veneno protege de las pesadillas, la brujería, la locura y las calamidades. Se cree que tiene la habilidad de revivir amores pasados.

El diamante influye sobre todo el espectro energético y es un apoyo para quien esta en la búsqueda de significados eternos. Gran potenciador de energía física, es de gran ayuda a quien padece dolencias físicas, emocionales y psicológicas. Además facilita la desintoxicación, restaura la vitalidad, alivia el estrés, y equilibra la personalidad al alejar los celos, la inseguridad y la baja autoestima.

Por otro lado posee una capacidad sorprendente de absorción y es un potente emisor y receptor de energías. Permite comunicarse con nuestro yo mas elevado y las fuerzas más poderosas y más difíciles de percibir del universo.

Hasta el siglo XVIII, algunos venían de la isla de Borneo pero la gran mayoría eran extraídos en India. En 1725 encontraron diamantes en Minas Gerais, Brasil, quién se volvió el más grande productor y exportador del mundo hasta 1970 cuando África del Sur le rebató el puesto. La mina más famosa surafricana es la mina Kimberley, primera mina de diamantes en ser explotada en el mundo entre 1871 y 1908. De ella se extrajeron 14.5 millones de quilates (cerca de 2900 kilos) de diamante sin el uso de maquinaria. Esta mina causó un semblante de fiebre del oro pero por el rey de las gemas.

Hoy en día varios países alrededor del mundo producen y exportan diamantes, la mayoría originaria del continente africano. Algunos de estos países son Botsuana, República Democrática del Congo, Angola, Namibia, China, Estados Unidos, Canadá, Brasil y Rusia. Se estima que Rusia detiene los yacimientos mas grandes en Yakutsk Siberia. Australia posee la mina más grande en explotación, la mina Argyle, de donde provienen diamantes de diferente calidad ya que solo el 5% de su producción es gema preciosa, el resto siendo de calidad inferior o para uso industrial.

Algunos de los diamantes más famosos del mundo son el Diamante Hope, de un color azul intenso y el Culinan I o Estrella de África, el diamante de calidad fina más grande del mundo con un peso de 530,20 quilates. Otros diamantes famosos son los diamantes negro de Bahía en Brasil los cuales son reputados tan duros que no pueden ser tallados.