Cuidado de joyas
Cuidado general y mantenimiento:
Recomendamos quitarte las joyas al bañarte, hacer ejercicio o limpiar. Evita el exceso de humedad y guarda tus joyas sí no las estás usando.
Los metales como la plata .925 y el bronce se oxidan (cambian de color) con el pasar del tiempo. Los elementos y el contacto con líquidos y sustancias pueden acelerar este proceso.
Para la plata .925 y el bronce, pule suavemente tus joyas con un paño para pulir joyas y así recuperarán su estado y color originales. El bronce, por ejemplo, vuelve a ser dorado después de pulirlo un poco.
Es común que el bronce decolore la piel verde (especialmente cuando se trata de anillos). La reacción de la piel a este metal varía de una persona a la otra. Esta reacción depende de tu piel, sí usas lociones y/o productos similares, la humedad (¡sí, el sudor también cuenta!) así como también otros factores que tienen que ver con tu entorno. Puedes ralentizar este proceso puliendo regularmente tus joyas de bronce y guardándolas cuando no las estás usando.
Cuando se trata de gemas y otros minerales, recomendamos limpiarlos cuidadosamente con un jabón suave para platos y un cepillo o un paño suave. Sí no se cuidan adecuadamente, las piedras y cristales al ser delicados pueden romperse.
Para las perlas y conchas de Paua, límpialas con un paño suave con cuidado ya que son propensas a rayarse. Ten en cuenta que las perlas son muy susceptibles al contacto con químicos, por lo que recomendamos ponértelas después de aplicar cosméticos.