ÓNIX (ÓNICE)
El ónix u ónice es una variedad de calcedonia, un mineral compuesto de sílice. "Onyx" viene del latín que a su vez proviene del griego antiguo "Ónux" que significa uña o garra.
Comúnmente poseen bandas blancas y negras que alternan, aunque estas bandas pueden ser de casi cualquier color.
El ónix presenta bandas casi paralelas mientras que la ágata, otra variedad de calcedonia, presenta bandas curvas. El sardónice es una variedad de ónix cuyas bandas son de matices de rojo.
El naturalista de la antigua Grecia Plinio el Viejo describió al ónix además de especificar métodos para imitar esta gema usando calcedonia común o ágata. Hoy en día algunas de estas técnicas todavía son usadas para intensificar o cambiar el color del ónix y los tonos rojos y amarillos del sardónice.
Históricamente, el ónix ha sido usado en la confección de ornamenta y joyería grabada como entalles (cuando la piedra es grabada en hueco como un sello) y camafeos (imagen grabada en relieve) desde la época de los romanos y antiguos griegos.
Ha tenido una reputación cambiante dependiendo de la cultura y la época.
En árabe al ónix negro se le llama "El jaza", que se traduce como tristeza.
En China, eran esclavos y sirvientes quienes lo minaban pero era exclusivamente exportado ya que se creía que produce sueños malos, atrae la mala suerte además de drenar la energía.
Por su apariencia sombría ganó en popularidad en la era victoriana por ser usado en la creación de joyería de luto para la Reina Victoria luego del fallecimiento de su esposo el príncipe Alberto.
Según místicos y alquimistas, el ónix tendría la capacidad de reprimir y contener toda clase de energías; incluyendo espíritus y demonios.
Para hindúes y persas, protegería del mal de ojo además de aliviar dolores ligados al parto.
Vinculado con la intuición y el instinto, representa apoyo y fuerza en los momentos difíciles y situaciones de estrés intenso físico y mental. Su efecto regulador optimiza la moderación, permitiendo un mayor control sobre las pasiones y emociones.
Escudo que protege de influencias y energías dañinas, absorbe los pensamientos negativos favoreciendo la concentración sobre el momento presente además de ser de ayuda en la meditación.
A nivel físico, el ónix es un refuerzo para el sistema inmunitario al purificar los riñones y el hígado además de aliviar las alergias y tonificar el sistema nervioso.
Yacimientos de ónix se encuentran en varias regiones del mundo como en América del norte, Brasil, Reino Unido, Madagascar y Alemania.