PERLAS

PERLA MABE
 Perla Mabe

 

Las perlas son producidas por diferentes moluscos; el más conocido siendo la ostra. El nácar, o madreperla, es la sustancia base secretada por estos y otros moluscos para cubrir el interior de las paredes de sus conchas. Cuando un cuerpo extraño se mete en la concha e irrita el molusco, este reacciona cubriendo este objeto con capas de nácar con tal de luego expulsarlo. Estos irritantes pueden ser granos de arena, pequeños cangrejos o otros elementos de proveniencia animal, vegetal o mineral.

El brillo y color de una perla dependen del molusco que la produjo y de la cantidad de capas de nácar que posee. Pueden provenir de agua dulce o agua salada. Las de agua dulce son compuestas casi en un 100% de nácar mientras que las de agua salada poseen una capa delgada de nácar por lo que son más frágiles pero más valiosas debido a su escasez.

La coloración de una perla puede ser plateada, blanca, azul, champaña, crema, café, amarilla, negra, durazno, rosada o verde. El efecto tornasol, o iridiscencia, se debe a la manera de reflejar, refractar y difractar la luz que tienen las perlas. A este brillo natural característico también se le llama oriente.

Consideradas como una gema preciosa en la Antigüedad, tanto los egipcios, los griegos y los romanos las asociaban con el poder, el prestigio, estatus social y riqueza. Esto debido a su rareza y escasez ya que las perlas naturales (o silvestres) ocurren a menudo pero son extremadamente difíciles de encontrar. Se dice que en el siglo I (a.C.), Julio Cesar habría comprado una sola perla por 60 000 monedas de oro además de promulgar una ley que prohibiera a las clases bajas el llevarlas puestas.

Las perlas maravillaban tanto la reina inglesa Elizabeth I que se le llamo “la reina de las perlas”. Por otro lado, la perla ha sido un símbolo de pureza y espiritualidad (en especial las perlas blancas), por lo que han sido usadas para ritos funerarios en lugares como el Golfo Pérsico donde se disponía una perla en la frente de los difuntos y luego en la palma de la mano. En China se consideraban como un regalo de la naturaleza y eran obsequiadas como regalo de bodas.

 

PERLA BARROCA
Perla Barroca

 

Las perlas con forma esférica y simétrica son las más conocidas aunque encontramos perlas de forma irregular llamadas perlas barrocas. El proceso natural de creación de una perla es de algunos meses a cerca de 10 años según el molusco que las produzca y el tipo de perla.

En el siglo XIX, un japonés llamado Kokichi Mikimoto desarrolló técnicas de cultivo de perlas. Estas perlas de cultivo se obtienen al poner un cuerpo extraño dentro del molusco a través de diversos procesos con tal de provocar la formación de una perla. Estas son las que a veces son llamadas perlas “artificiales” por haber sido forzado su desarrollo.

Las perlas de abulón (o olmo) provienen de un tipo especifico de molusco llamado Haliotis Ramtaschakana el cual cubre de nácar su concha tanto por dentro como por fuera. Están cubiertas de capas finas de nácar debido al poco espacio dentro del animal que las produce. Estas interfieren con la luminosidad, creando así una paleta de colores impresionantes con mezclas de azul, lavanda, verde, rosado, naranja y plateado en todas las combinaciones posibles. Su cultivo es muy complicado ya que este molusco tiene hemofilia (se desangra con facilidad). Las perlas y el nácar de abulón provienen de Estados Unidos y Nueva Zelanda.

Las perlas Mabe son hemisféricas (la mitad de una esfera) ya que crecen contra la pared interna de las ostras y no en su tejido blando (o manto) como es el caso de las demás perlas. La parte rugosa de la perla es cortada de la concha del molusco para luego ser pulida y lijada y volverse una perla Mabe. Por su forma son usadas generalmente en la fabricación de aretes y anillos ya que esta permite esconder mecanismos para cerrar joyería. Las más reputadas vienen de Polinesia.

 

CONCHA PAUA
Concha Paua (Abalone)

 

Son aconsejadas para quien busca la relajación, alejar la tristeza y los nervios. Las perlas calman y devuelven energía vital a la vez. Se recomiendan para quienes padecen problemas estomacales, alzas de temperatura y molestias oculares al reforzar las terminaciones nerviosas de los ojos.

Las virtudes asociadas a una perla dependen de su color. Una perla blanca representa pureza y espiritualidad y cuando posee matices grises se le atribuyen la discreción y la modestia. Una perla blanca con matices de rosa se vincula al amor, el cariño y el afecto mientras que sí posee matices verdes alivia la angustia por sus virtudes tranquilizantes. Matices azules fomentan la creatividad artística y una perla negra la protección al producir beneficios en el plano físico y psicológico.

Asociada usualmente al espíritu femenino por su suavidad, se le atribuyen la cualidad de fecundidad en la mujer además de poseer un aspecto afrodisiaco. La perla además combate la tristeza y ayuda con los saltos de humor al realzar la sensibilidad y las ondas positivas que emanan de quien la posee.

Una de las perlas más famosas es la llamada perla de Alá, llamada a veces también la perla de Lao Tzu. Hallada en 1934 en las Filipinas, el pescador que la descubrió falleció al tratar de extraerla. Previamente conocida como la perla más grande del mundo, su forma es irregular y pesa alrededor de 6,4 kilos.

La perla natural más grande del mundo también fue hallada en las Filipinas y se llama la perla de Puerto o perla de Puerto Princesa. Un grupo de pescadores que querían zafar su ancla del fondo debido a que una tormenta se acercaba encontraron una almeja gigante al zambullirse. En ella encontraron esta perla de forma irregular la cual pesa cerca de 34 kilos.

La perla Peregrina tiene una historia que se extiende a lo largo de cerca de 500 años; fue hallada por un esclavo en el siglo XVI en el Golfo de Panamá quién se dice fue liberado por su hallazgo como agradecimiento. Fue traída a España al Rey Felipe II quién se la obsequió a la Reina Maria I de Inglaterra con quién se quería casar. Luego de la muerte de la reina regresó a ser parte de las joyas de la corona española por 250 años hasta llegar a las manos de Napoleón III, la realeza inglesa y ser comprada por Richard Burton quién se la obsequió a su esposa Elizabeth Taylor.